La disputa de millonario botín. SNTE



Julio César Silva Cetina

El conflicto magisterial quintanarroense, que se agravaría a partir de hoy, si se concreta el paro total e indefinido de labores, no es más que el estallido de una bomba largamente congelada con el consentimiento por parte de la autoridad de innumerables irregularidades no sólo de los dirigentes de la Sección 25 del SNTE, sino de los propios secretarios generales de cada centro laboral, es decir, de los representantes sindicales en cada escuela.
El único antecedente de un conflicto magisterial en Quintana Roo ocurrió en 1989, cuando la profesora Aura Ancona Flores fue una de las principales líderes de un movimiento que buscaba aumentos salariales y vivienda para los maestros, pero también la destitución de Carlos Jongitud Barrios que, como Elba Esther Gordillo Morales en nuestros días, se había eternizado como líder nacional del SNTE.
Sin embargo, el movimiento que por estos días encabezan los secretarios generales de los centros de trabajo nada tiene que ver con mejores ingresos o con la necesidad de una vivienda. Es más, en el fondo no es que la alianza por una mejor calidad en la educación afecte en verdad los intereses de la base.
En realidad, se trata de una auténtica manipulación a los profesores de base por parte del grupo compuesto por los secretarios generales de los centros laborales, que son los verdaderamente afectados por puntos medulares de la mencionada alianza, como el que establece que los profesores ya no podrán vender o heredar sus plazas.
Aunque siempre se ha negado, para todo mundo es ampliamente conocida la comercialización de plazas practicada por las dirigencias magisteriales y el hecho de que el acuerdo por la calidad de la educación establezca mecanismos más claros para asignar los puestos de trabajo, atenta contra los intereses de los secretarios generales.
En la dirigencia anterior de la Sección 25 del SNTE, que encabezó Alexander Cetina Aguiluz, la venta de plazas se empezó a hacer de manera descarada. Incluso, fue cuando empezaron a participar en el negocio los secretarios generales que, hasta entonces, estaban marginados de ese botín, aunque se repartían otros.
La situación llega a tal grado, que actualmente una hora frente a grupo está cotizada entre $2,000 y $15,000, dependiendo la ciudad y la escuela.
Además, en el magisterio se sabe que los secretarios generales resuelven en gran parte su situación económica, cuando obtienen esos cargos, pues además de que siguen conservando sus salarios, generalmente de dos plazas, obtienen ingresos de por lo menos $1,000 diarios, por el control de la tienda escolar y hasta de los venteros externos. A eso hay que sumarle la venta de horas frente a grupo.
Gran parte de eso se acaba con el acuerdo por la calidad de la educación. De allí la inconformidad de los secretarios generales, que han manipulado a los profesores de base para salirse de los salones de clase y tomar las calles.
De todo ese negocio ilegal tenía conocimiento el gobierno, siempre lo han sabido en la Secretaria de Educación, pero, en el mejor de los casos, no se pudo controlar, lo cual es incapacidad y, en el peor, se solapó, lo que es complicidad.
Hoy, los secretarios generales tienen la sartén por el mango y el gobierno de Félix González Canto tiene una papa caliente en las manos. La mala noticia para él, es que la secretaria de Educación, Cora Amalia Castilla Madrid, no quiere saber nada del asunto, porque cree que si actúa en contra de los profesores, sus aspiraciones de ser diputada federal se acabarían. No es capaz de diferenciar que tiene mayor poder el voto de los padres de familia afectados por el movimiento, que el del magisterio.


PLATEA

Históricamente, a pesar de ser la capital del estado, el municipio de Othón P. Blanco siempre pasaba por penurias económicas, pero al parecer las cosas han cambiado, pues la firma internacional Fitch Ratings le dio a las finanzas capitalinas una calificación de Triple B, que la ubica entre las administraciones más sanas del país, incluso, por arriba que las de Cancún.
Freddy Marrufo Martín, el secretario estatal de Hacienda, felicitó al alcalde chetumaleño, Andrés Ruiz Morcillo, por esa calificación, que permitiría que, en caso necesario, su administración pueda obtener sin dificultades créditos bancarios.

LUNETA

Si es designado como tal, por primera vez en muchos años Quintana Roo tendría un auténtico secretario de Salud. José Bolio Rosado, quien por mucho tiempo se ha caracterizado por su trabajo social en Cancún, donde puso en marcha el primer programa para prevenir los suicidios, es el que tendría más posibilidades de ser nombrado, ahora que ya es un hecho la destitución de Manuel de Jesús Aguilar Ortega.- Cancún, Quintana Roo.

jsilva@cancundy.sureste.com

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