Testimonio de fundador de Bacalar: 47 años de recuerdos

BACALAR, OPB.- Tuvieron que pasar 47 años para que Perfecto Manrique Valdez pudiera ver a Bacalar convertido en municipio. Ahora las autoridades locales deberán trabajar en serio para que este lugar tenga mayor presencia política y mejoren las condiciones de vida de la población.
“Pepito”, como se le conoce en la comunidad, es fundador de Bacalar. Tiene 78 años de edad pero recuerda muy bien que a los 31 dejó su natal Valladolid, Yucatán, y llegó a Bacalar, donde con un grupo de apenas 30 personas fundó la ciudad, esto en 1964.
“Era chiclero; vine con mi esposa Reina Isabel León Fernández al ejido El Bajío, pero trabajando llegamos a Bacalar, donde nos asentamos como hasta ahora y aquí nacieron mis siete hijos”, relató.
En ese entonces sólo eran pocas familias, entre ellas las de don Serapio Flota Maas, Laureano Coronado, Antonio Balam y Teodosio Cupul, las cuales trabajaron intensamente en fomentar el ejido.
“Todo era monte alto. Descampamos un lugar para asentarnos. Este fue el que hoy ocupa el Campo de Béisbol Tito Vázquez. Para ir a la laguna teníamos que caminar entre brechitas”, narró.
Posteriormente llegaron los Tadeo, Buitrón y “Tito” Vázquez, que trabajaron intensamente en beneficio de la comunidad.
Sin embargo, también les tocó vivir etapas difíciles que inclusive pusieron su vida en riesgo, como cuando les impactó “El Carmen”.
“El ciclón nos derribó todos los árboles tierra adentro, pues la laguna estaba limpia. Sufrimos mucho pero al final nos levantamos y demostramos que somos gente que pone empeño y corazón”, afirmó.
Después de dicha etapa se sembró henequén en las partes aledañas pero la falta de experiencia impidió cosecharlo y el terreno fue chapeado por decenas de familias que llegaron a establecerse.
Por la diversidad de habitantes que llegaron paulatinamente se fomentaron diversas actividades, como el comercio, oficios y prestación de servicios.
Con esfuerzo se pugnó por mejores condiciones de educación, por ello el Gobierno construyó varios planteles educativos, entre estos el Centro Regional de Educación Normal (CREN); eso permitió que surgieran varios profesionales en Bacalar, detalló.
Ahora Bacalar pasó de ser delegación a municipio, lo cual representa un gran logro pero también un gran reto que debe ser capitalizado por las próximas autoridades locales.
“Estoy contento porque ahora somos municipio, pero también espero que las autoridades no sólo se llenen su bolsa, que trabajen en beneficio de quienes les llevamos al poder y tengan seguro que eso será reconocido”, precisó.
Lamentablemente el paso del tiempo ha causado mella en “Pepito”, pues sus sentidos están afectados; su memoria ya no es la de antes pero hay cosas que quedan muy marcadas y ahora comparte con las generaciones de bacalareños que vienen.
Antes de finalizar la plática indicó que con ver ahora a Bacalar lleno de gente, con comercios y gasolineras, es imposible pensar que hace algunos años sólo era un pequeño pueblo asentado cerca de la laguna y con unas cuantas construcciones coloniales que generaban ambientes de misticismo.

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