- Cuando los clientes de la Comisión Federal de Luz pensaban que los cobros abusivos y la intolerancia eran los únicos atropellos de la CFE, se equivocaron olímpicamente.
En fechas recientes la paraestatal también mostró de manera pública que odia a las personas con capacidades diferentes o que, al menos, para ella valen poco menos que un gusano; concretamente a quienes, por alguna circunstancia, se desplazan en sillas de ruedas.
La ciudadanía lo puede verificar en la esquina formada por las calles Heriberto Frías y Juan Sarabia.
Cuando apenas la gente que anda en silla de ruedas estrenaba las rampas que fueron construidas conjuntamente con las banquetas y las entradas a los andadores de las unidades habitaciones adyacentes a la arteria Heriberto Frías, llegó una antisocial empresa contratada por la valemadrista Comisión Federal de Electricidad y las destruyó.
Con el visto bueno de los cómplices empleados de la CFE, los trabajadores de la empresa particular, que operan en vehículos particulares, sin razón social estampada en sus carrocerías, cavaron hoyos sobre las rampas mencionadas, para colocar postes, chuecos y ancianos.
Los vecinos, creyentes en las políticas públicas que tratan de otorgar facilidades para el desenvolvimiento social de los mal llamados discapacitados, pensaron, en unos fantasiosos momentos, que aquel personal repondría el daño cometido, abriendo debidamente al lado del intruso poste otras rampas, pero cuán errados estaban.
Insistimos, con la sádica complacencia de la Comisión Federal de Electricidad, las rampas no fueron repuestas. A cambio, dejaron un atropellante poste y los escombros de su vileza laboral.
Fuente: Covadonga Noticias
Por: Mario Hernández
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