Calidad moral y la ética

Pioridad: salvar al país

Mariluz Barrera González

A mediados de marzo una noticia impactante invadió los medios nacionales e internacionales: un consejero de la Junta Ejecutiva del Instituto Federal Electoral en Campeche resultó el autor intelectual del secuestro que sufrió el abogado Joaquín Santiago Sánchez Gómez, empresario campechano.

Siempre se justifican el vandalismo y la corrupción con problemas económicos y la situación en crisis y de pobreza que vive el país, pero en más de una ocasión se ha demostrado que muchas veces es la gente que más tiene la que más utiliza la corrupción, y ahora la que también acude a otras formas crueles y salvajes de extorsión para obtener dinero fácil.

Carmen Hernández Montejo, de 41 años de edad, alias “El Machichaco”, era catedrático de tiempo completo de la licenciatura de Economía y de la Facultad de Ciencias Sociales y Administración Pública, con doctorado en Historia y Estudios Regionales en la Universidad Autónoma de Campeche; autor de más de 23 obras publicadas, ostentaba un salario que ronda en los 70,000 pesos, al igual que los otros seis consejeros electorales, sin contar el sueldo que como investigador y catedrático de la máxima casa de estudios percibía.

Este personaje hoy famoso, de origen humilde, con grandes logros académicos y al parecer políticos, nos demuestra que ni la educación ni el dinero solos serán necesarios para salvar a mi bello México.

Actualmente la educación no es garantía para depositar valores y calidad moral en las personas y menos con la calidad de educación y de docentes que tiene nuestro país, ya que en un afán de obtener conocimientos se ha hecho a un lado la formación personal, humana y ética de los profesionales.

No es un título universitario garantía única para el auténtico éxito profesional; el profesional exitoso es aquel que ejerce con verdadera vocación, con el deseo de ser una mejor persona y ayudar a los que se encuentran a su alrededor a serlo... en cambio, ser una excelente persona con calidad moral sí es garantía asegurada del éxito profesional. Tristemente millones de universitarios en el país no buscan esta calidad humana...

Esta extraña y distorsionada relación del éxito con el dinero y el poder es la segunda terrible causa de la pérdida de valores y calidad en los universitarios, profesionales, burócratas, políticos y ciudadanos... Por eso cualquier triquiñuela o acción es justificada con tal de alcanzar lo que deseas y ante esto es sorprendente lo que llegamos a presenciar en nuestros lugares de trabajo; me ha tocado ser testigo muy de cerca de cómo la gente hace a un lado su dignidad y ética, pues muchos saben de antemano que en estos tiempos eso es mejor pagado que la responsabilidad y el trabajo arduo y honesto.

Los políticos viven diciendo que mejorando la calidad económica del país las cosas mejorarán y que aumentando los sueldos la delincuencia acabará... en realidad esto no podrá suceder si los valores, la ética y la conciencia personal y ciudadana ya se perdieron, si los puestos más importantes de las instituciones gubernamentales se siguen ocupando por intereses políticos y peor si la forma más rápida de enriquecimiento en el país y en especial en mi bello Campeche es obtener un cargo público porque no hay control, hay inmunidad, donde definitivamente no es necesario el menor esfuerzo para llenarse los bolsillos.

La educación es indispensable, pero una efectiva educación no sólo en la instrucción de conocimientos, sino en la formación de nuestros espíritus, que día a día se pierden en esta inmensa marea de corrupción, hipocresía y deshonestidad.

El verdadero reto de las universidades en el país será egresar profesionales con mención honorífica en calidad moral y ética, y el reto de nuestros gobiernos será luchar por un sistema justo donde las leyes se cumplan y no se distorsionen en beneficio de unos cuantos que ostentan el poder, para garantizar así el indiscutible desarrollo de nuestra nación.— San Francisco de Campeche, Campeche.

mariluz_mariluz@hotmail.com

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