Bajo promesa de trabajo...cometen fraude, vacíos legales dan la pauta



Juan Carlos Gómez/SIPSE
Cancún, Quintana Roo

A las 10:30 horas, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) llegó al lugar denunciado en Novedades de Quintana Roo: Comercializadora y Consultoría.

"Le puedo ayudar en algo", dijo un joven de cabello largo, gafas, y actitud cortante, casi como un cadenero de la discoteca más solicitada de Malecón Américas.

El lugar, Supermanzana 50, manzana 97, lote 7 de la privada Yahalkín por Kunich, con la avenida Andrés Quintana Roo.

"Mi nombre es Luis Alfonso Vergara Ramírez, inspector federal de la STPS, necesito hablar con el representante legal de esta compañía".

Entonces la actitud del joven cambió de repente, ya no era aquél cadenero con poder, ahora se comportaba como el adolescente que es, no dijo una palabra y pidió ayuda a una compañera.

"Bueno, ahorita por el momento soy yo la encargada", comentó Teresa, la encargada del reclutamiento de personal de la empresa, "ahorita no los puedo dejar pasar".

Jesús Alejandro, un joven que fue en busca de trabajo estaba ahí, al ver el movimiento se puso nervioso, impaciente, dudando sobre si quedarse a la promesa de empleo que resolvería sus problemas o irse sin la píldora milagrosa que le ofrecían, finalmente el asiento que ocupaba quedó vacío.

"Hola, soy Gerardo Bonilla, mmm no, no soy el representante legal, él está en Querétaro, yo aquí trabajo de independiente, digamos que ayudo... doy capacitación", comentó Gerardo, mientras su postura cambiaba poco a poco sobre la silla de un pequeño cuarto acondicionado como oficina.

Los minutos pasaban, una gota de sudor comenzó a correr sobre la cara del "capacitador", quien se mostraba tranquilo pese a todo.

"Joel Laureano Félix es el representante legal", explicó Bonilla, "mire acá está el RFC".

En un santiamén, como las ratas salen del barco cuando está por hundirse, los demás trabajadores de la "empresa" desaparecieron. Únicamente quedó Bonilla y Teresa.

"A mí usted me dijo que me iba a dar trabajo, no me dijo que se trataba de vender perfumes", reaccionó Jorge, un aspirante que se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y reclamó el engaño en el que se le envolvió.

Y es que Bonilla no pudo presentar ante el inspector una bitácora con los ingresos y egresos de la empresa, ni siquiera los contratos de quienes fungen como auxiliares administrativos. "Es que ahorita no tenemos auxiliares, puros supervisores", comentó Bonilla, quien por las noches también es Disc Jockey (DJ).

"No tenemos el número del dueño, el teléfono que tenemos ya lo iba a cambiar, y él está de vacaciones".

"Todo el personal tiene una excelente actitud, es un echo (sic) 100% real", dice el mensaje con faltas ortográficas escrito en un pequeño pizarrón frente al escritorio del DJ.

"Pues ya se me hacía raro, ahora a ver qué hacen las autoridades", explicó otro de los aspirantes, quien prefirió dejar el "centro de capacitación", no sin antes exigirle a los encargados los 100 pesos que había dejado para su "credencial", de la cual nunca mostraron un ejemplar.

"Yo intenté poner mi demanda por fraude en el Ministerio Público, y me dijeron que no, que no se podía, que era muy poco lo que me quitaron... a mí me quitaron 100 pesos, pero a mi tía tres mil pesos, así que sí es algo importante que cierren el lugar, pero las autoridades nunca hacen nada", comentó una agraviada que denunció por vez primera estas irregularidades.

"Me dijeron que tenía que traer más denuncias para que se pueda trabajar, porque de otra forma no escuchan las autoridades y sigue la robadera, que denuncien en la STPS o al periódico como le hice yo".

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