¡La peor pesadilla de Peña Nieto!



EN PRIMERA FILA
Por Luis A. Cabañas Basulto

Tras anunciar a través de las redes sociales la ruptura de su esquema de protestas pacíficas a partir del 27 de noviembre, los grupos anarquistas de la ciudad de México, que se enlazan con los integrantes de otras entidades, convocaron a partir de este martes, ahora a través de la página de Facebook “Unión De Fuerzas Anarquistas, Socialistas y Revolucionarias”, a movilizaciones y protestas.

En efecto, los grupos antigobiernistas, que días antes de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto publicaron en Facebook “yo no participaré en el cerco humano, yo lucharé este primero de diciembre”, asumen ya una abierta actitud bélica, a grado tal que han anticipado una serie de eventos en los que, inclusive, hablan de usar armas de fuego y planes de escape y ataque”, esto último para una manifestación en Los Pinos el próximo 21 de diciembre.

Este grupo, en cuya manifestación del sábado utilizó la táctica que presume en su nombre de “Bloque Negro” y difundió manuales para armar bombas molotov e instrucciones detalladas para derribar los cercos de la Cámara de Diputados, convocó para este miércoles a las 15 horas en el Zócalo a llevar máscaras y “tomar precauciones necesarias”, mientras que para el sábado invitó a portar un estandarte de la Virgen de Guadalupe en la marcha a Televisa para arruinar el Teletón.

Uno de los principales afectados políticos por los disturbios del sábado, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, a quien se acusa de una agresión sin ton ni son contra atacantes e inocentes, señaló como responsables de las refriegas, saqueos y hechos violentos al “Bloque Negro”, así como a la Cruz Negra y Coordinadora Estudiantil Anarquistas, aunque al sitio original del Bloque en Facebook lo censuró la propia red, donde subía videos y fotografías que evidenciaban sus tácticas ofensivas y defensivas insurgentes.

Conforme a medios nacionales, lejos de tratarse de brotes esporádicos de violencia repentina, lo sucedido el sábado fue una campaña de rebelión bien estructurada y organizada, con coordinación de facciones, inteligencia, capacidad operativa, propaganda y recursos humanos, y aunque días previos diversas corrientes convocaron a la manifestación, “su intensidad y alto grado de barbarie tomó por sorpresa tanto al gobierno de la Ciudad de México, como a las instancias federales”.

Además de los mencionados grupos, que convergen en torno al Ejercito Popular Magonista de Liberación Nacional, también existe en internet el grupo “Resistencia Callejera DF”, cuya página, creada el 3 de diciembre, destaca que “estamos hartos de este gobierno opresor; la lucha comienza ahora...”. El Ejército tiene dos páginas de Facebook donde difunde noticias, pero se deslindan de las actividades del grupo.

Cabe señalar que este fin de semana las sedes del Bloque crearon sus perfiles en Oaxaca, Tijuana, Yucatán, Monterrey, Hidalgo y Jalisco. En Sinaloa se creó en octubre pasado y convocó desde el 30 de noviembre a las movilizaciones del sábado a “luchar con todo”. Los grupos se han unido a las protestas de los últimos días, desde convocatorias, noticias e imágenes, y apoyo a detenidos y sus familias, pese a lo cual el Bloque difundió en internet que por seguridad cerró su perfil de Facebook y se deslindó de los llamados a la movilización violenta.

Surgido desde la clandestinidad, el Ejército ha anunciado su existencia y propósito de rebelión, con las calles del DF como escenario de la inauguración para este frente insurgente y revolucionario que, según manifiesto, “no dará tregua” y asegura que se encargará de que el gobierno “sienta la violencia y fuego en carne propia”.

Es la sombra de las insurgencias en México, la consolidación de unidades paramilitares y escisiones de los principales movimientos guerrilleros del país. La concentración de inconformidad, aunada a la participación pasiva de muchos grupos insurgentes durante los últimos años, terminó de encender la mecha de un coctel explosivo que se creía extinto, según crónica del periódico Reporte Indigo.

Por si fuera poco, a las revueltas del sábado se incorporó la Liga de Trabajadores por el Socialismo Contra Corriente (LTS-CC), una fracción trotskista adherida a la liga Cuarta Internacional, aunque el fenómeno no es aislado y deja la puerta abierta para toda forma de insurgencia que opera desde la clandestinidad, en distintos puntos del territorio nacional.

Desde el EZLN hasta al EPR y los grupos insurgencia urbana, el fantasma de la guerra “sucia” apareció el día que el PRI regresó a Los Pinos, y aunque el contexto es distinto, es más complejo, ya que, a la aparición del EPM-LN y la intención de grupos similares que operaban con perfil bajo, se suman dos nuevos factores a la realidad social del país.

Uno de ellos acechaba al país en los últimos seis años, y aunque sus propósitos son completamente diferentes, el compendio de grupos dedicados al delinquir de manera organizada se cataloga como “insurgencia criminal”. El segundo es producto del despertar tecnológico y el ciclo de información noticiosa constante. Es resultado de una sociedad intercomunicada, mayormente fomentada por jóvenes y la evolución de ideologías políticas: La insurgencia urbana.

Aunque el mensaje de Peña Nieto fue símbolo de esperanza -aunque fuera sólo eso- tras seis años de sueños frustrados por la violencia, también es preámbulo de una agitación social, donde la organización colectiva, radicalismo y armas, anuncian que el narcotráfico no es la peor pesadilla del nuevo gobierno, ya que éste ha evolucionado en formas atípicas como actividad de lucro.

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