El patito feo

En primera fila
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
 
 
Convertido en el “Patito feo” de la contienda por la candidatura a la presidencia municipal de Othón P. Blanco, el chetumaleño Luis Torres Llanes, como muchos otros, se prepara a presentar su solicitud de licencia provisional como diputado por la XIII Legislatura del Congreso del Estado, de donde emergerá por lo menos media docena de aspirantes priístas a encabezar los ayuntamientos de sus comunidades.

Relegado en la lucha por la Comuna capitalina hace 3 años, cuando el ex gobernador Félix González negoció la forzosa candidatura del mitómano Carlos Mario Villanueva Tenorio, el joven profesionista de la colonia Payo Obispo se enfilaba a esa posición a través de un trabajo que realizó casa por casa y colonia por colonia, no sólo en esta capital, sino por las diversas comunidades rurales.

Sin la tradicional relación de los políticos de alcurnia, nuestro personaje, presume de una sencillez tal que la población le busca con una confianza que ya quisieran sus iguales del Poder Legislativo, donde, con las puertas de su oficina abiertas a toda hora, el funcionario atiende a todos por igual, aunque con especial interés a la gente del campo y los othonenses de menores recursos.

Para ese efecto, Torres Llanes no ha tenido que repartir dinero entre los medios de comunicación para presumir de la amistad con la mayoría de los compañeros periodistas, y de ahí que no faltan quienes, como su servidor, pretendamos de que, sin disfrutar el hombre de la amistad personal del gobernador Roberto Borge, como proclama la mayoría de los aspirantes, podría ser el candidato que haría recobrar la confianza del electorado en el PRI.

De humilde cuna como hijo de albañil, de lo que dice nunca sentir vergüenza, el aspirante conoce el sentir de la población necesitada, aunque tampoco ignora la problemática general de OPB, ya que, tras su paso por el Ayuntamiento durante el trienio anterior, cuando fungió como Secretario General y renunció antes de concluir el tristemente “célebre” Andrés Ruiz Morcillo, sostuvo contacto directo con los diversos estratos sociales de todo el municipio.

Una de las principales cualidades de Torres Llanes es un espíritu humano que lo diferencia de los demás políticos, con cuya tradicional demagogia hablan más de lo que dicen e inventan más de lo que hacen, lo que ha provocado que los othonenses se alejen de las urnas o, como ocurrió en las últimas elecciones federales, le volteen las espaldas al PRI, tal y como podrían repetir en los próximos procesos locales.

Aunque resulta oficioso repetir que el tricolor no tiene seguro el triunfo en OPB ante el encono por el desgobierno municipal, Roberto Borge debería estar seriamente preocupado en evitar candidatear a políticos desgastados que ofrezcan más de lo mismo o amenacen con pasarse a las filas de la oposición en caso de no resultar favorecidos. El chantaje no es el mejor medio para relucir méritos que no corresponden a la realidad.

En el caso del “Patito feo” de la contienda, por el contrario, dice estar dispuesto a retornar sin rencores a sus labores legislativas en caso de no resultar favorecido por segundo proceso consecutivo, ya que está consciente de que carecer de algún “padrino” que lo impulse resultará una enorme desventaja en el proceso interno priísta, donde, por ejemplo, Eduardo Espinosa asegura contar con el apoyo el dirigente mexiquense de la cúpula nacional del PRI, César Camacho Quiroz.

En este sentido, Torres Llanes, presidente de la Comisión de Desarrollo Rural y Pesquero de la Legislatura, competirá en condiciones de desigualdad, entre otros, con quien durante cerca de 3 años manejó a su conveniencia un envidiable presupuesto en el renglón de “publicidad”, “apoyos” y “asesoría” en pos de una precampaña que comenzó a preparar una vez que perdió la candidatura a la gubernatura.

Con todo, y carente de una “asesoría” adecuada, al hombre le salió el tiro por la culata, ya que perdió a la mayoría de sus amigos, despreció a quienes apoyaron su proyecto de hace 3 años y dio con la puerta en las narices a los humildes campesinos que le buscaban en ocasiones para un apoyo en medicamentos. No pocas veces hizo esperar horas y horas a la gente para salir finalmente por la parte posterior de sus oficinas.

Repetimos, un eventual experimento del Jefe del Ejecutivo para reeditar la figura de quien sólo fue presidente municipal de Chetumal, que no de todo Othón P. Blanco, le resultará sumamente peligroso, así fuera como pago de “facturas” por su papel como supuesto coordinador cuya sumisión al gobernador fue su principal característica.

Caso contrario resulta el del vecino de Payo Obispo -bueno, algunos dicen que de Nuevo Progreso-, quien mostró lealtad y disciplina, mejor ejemplo de ello fue el mes que fungió como presidente de la Mesa Directiva del actual periodo de sesiones de su último año de ejercicio constitucional que, como era de esperarse, utilizó su coordinador legislativo para filtrar su supuesta segura candidatura a OPB como “Caballo negro”.

Como suele decirse, odiaríamos tener que decirle “se lo dijimos” a Borge Angulo tras las elecciones.

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